A modo de repaso y con la intención de compartir los puntos que me resultaron más significativos de este interesante libro de autoayuda o autoreflexión, escribo este resumen para que llegue a quienes tenga que llegar en el momento que tenga que llegarles.
Antes de empezar te cuento que el libro, de unas 200 páginas, se titula “En la mitad de la vida: una guía filosófica”, en su versión en español, fue publicado en 2019 y lo escribió Kieran Setiya. El autor estudió filosofía en Oxford y Princeton y actualmente es profesor en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Si sólo estás buscando una breve descripción del libro para decidir leerlo o no, te cuento que yo lo resumiría como una guía para personas de entre 35 a 50 años, no excluyente, que empezamos a hacernos nuevas preguntas sobre nuestras vida. Preguntas que giran alrededor de los caminos de nuestra vida, la mortalidad, la nostalgia del pasado, los fracasos, las tareas que consumen nuestro presente y otras.
A través de los 6 capítulos de esta guía, Kieran intenta problematizar las principales crisis de la mitad de la vida con la ayuda de reflexiones de filósofos y filósofas de la historia (de Aristóteles a Schopenhauer, de Virginia Woolf a Simone de Beauvoir) y experiencias propias.
En palabras del autor “no es solo para quienes se encuentran en la mediana edad, sino para cualquiera que esté lidiando con la irreversibilidad del tiempo”.
Capítulo 1: Una breve historia de la crisis de la mediana edad
Kerian nos presenta hitos de la historia con los que fue cobrando mayor relevancia la “crisis de la mediana edad” durante en el s.XX.
Para fundamentar qué entendemos por la mitad de la vida, el autor recurre a diversos estudios como por ejemplo el de Blanchflower y Oswald, que “descubrieron que el nivel de felicidad declarada por edad tenía la forma de una U suave, empezando en lo alto por la juventud y terminando aún más arriba en la vejez, con un promedio del punto más bajo en los cuarenta y seis años[…]Este patrón se repetía en setenta y dos países del mundo. Era similar en hombres y mujeres y los análisis de regresión descartaron una explicación relacionada con el estrés por paternidad”.
También presenta el estudio que hizo Susan K. Whitbourne que añadió los concepto de sentido de la vida y búsqueda de sentido concluyendo que “cuando se trata del sentido en la vida, envejecer es fantástico”.
Me sentí bastante identificado con la idea de que a la mitad de la vida hemos vivido lo suficiente como para haber cometido algunos errores graves y poder hacer una retrospectiva de nuestros triunfos y fracasos, al mismo tiempo que podemos mirar adelante y ver el final de la vida, no inminente pero tampoco tan lejano, que serán, con suerte, otros 40 años.
Una rareza que me sorprendió fue que en los 80s se popularizó un juego de mesa llamado “Mid-life Crisis”, que tiene como objetivo atravesar la mitad de la vida con la mayor cantidad de dinero, el menor nivel estrés y el más bajo puntaje de divorcios para ganarle a tus oponentes. (¡voy a intentar conseguirlo!)
Capítulo 2: ¿Esto es todo lo que hay?
El autor nos invita a recorrer la vida y reflexiones de John Stuart Mill, filósofo, político y economista británico del s.XIX.
Mill propone una idea que se llama la paradoja del egoísmo, que dice “solo son felices los que tienen la mente fijada en algún objeto que no sea su propia felicidad: la felicidad de otros, la mejora de la Humanidad o, incluso, algún arte o proyecto que no se persiga como un medio, sino como una meta en sí misma ideal. Así, apuntando hacia otra cosa, encuentran incidentalmente la felicidad” y el autor nos invita a considerar esta idea como una primera regla.
Una segunda regla que nos propone Kerian es que “en tu trabajo, tus relaciones, tu tiempo libre, debes reservar un tiempo para actividades con valor existencial.”
Al valor existencial lo relaciona con la contemplación aristotélica, que puede ir desde la filosofía y el arte más eleveado hasta nuestros más fríbolos pasatiempos (escuchar música, leer, nadar, jugar con amigxs, y más).
“[y] también parece que la felicidad reside en el ocio: en efecto, nos privamos del ocio para tenerlo, igual que hacemos la guerra para tener paz”
Capítulo 3: Perderse cosas
En la mitad de la vida caemos en la cuenta de que no podemos tener todo lo deseado y que aquello que tenemos no compensa lo que no tenemos. “La mediana edad no solo es perderte cosas en otras vidas, sino en el significado de la vida presente, al no tenerlas ya como opciones.”
Me sentí identificado con que “quiero hacer mi trabajo porque quiero hacer mi trabajo, no solo porque tenga que pagar las facturas” como expresa el autor en relación a cómo nos relacionamos con el significado de la vida.
Esta sensación de perdernos cosas me recordó al concepto de FOMO (Fear Of Missing Out) del cual escribí hace un tiempo.
Además, el autor nos propone, desde diferentes perspectivas, aceptar aquello que dijimos o hicimos en el pasado que pudo habernos perjudicado en nuestra vida, ya que es imposible una segunda oportunidad.
Capítulo 4: Retrospección
Nadie llega a la mediana edad sin haber experimentado, en cierta medida, errores, desgracias, fracasos, decisiones que no deberíamos haber tomado, adversidades que no deberíamos haber afrontado, planes que no salieron como debían. “La cuestión ahora es qué hacer con eso. ¿Cómo sentirse con respecto a las maneras en que la vida no es lo que tú esperabas que fuera? La filosofía no puede cambiar el pasado, pero puede ayudarnos a aceptarlo.”
En este punto lo que rescato del capítulo es que si bien no podemos cambiar los acontecimientos del pasado, podemos trabajar sobre nuestra perspectiva sobre ellos en vista a su relación con el presente.
También la idea de que al reflexionar sobre acontecimientos del pasado que no nos gustaron, un grave error que solemos cometer es fantasear sobre el mejor escenario posible (incierto, ya que no ocurrió) en vez de valorar el camino que nos permitió llegar hasta acá (ya conocido).
“No te obsesiones con lo que podría haber sido: «Ahí donde la ignorancia es felicidad/ es una insensatez ser sabio»”
Capítulo 5: Algo que desear
Un muy interesante capítulo sobre la muerte (propia y ajena), el placer, y el amor (hacia otras personas, unx mismx y la humanidad) a través de una mirada filosófica principalmente existencialista.
Algunos conceptos e ideas que más me resonaron fueron:
- Ataraxia, valorada por Epicuro, “la tranquilidad y la liberación del dolor, alcanzada a través de la contemplación y la moderación en la tranquila compañía de amigos.”
- La no existencia post mortem: “una privación terrible, mucho peor que la vida infinita, pero únicamente el objeto de una leve consternación.” Una actitud que deberíamos sostener sobre nuestra propia muerte.
- «Predisposición en favor del futuro»: “estamos más preocupados por el dolor que aún no hemos sufrido que por el dolor que hemos sufrido en el pasado. Lo mismo es cierto, pero al revés, con el placer”
- El amor tiene al menos dos caras: “la preocupación por el bienestar de los demás, que desea lo mejor para ellos; y la percepción de un valor que merece la pena preservar, una respuesta apasionada a la dignidad de la vida humana. Cuando quieres a alguien, consideras que su existencia importa, que no puede ser sustituida.”
Capítulo 6: Vivir el presente
La vida requiere un sentido, desear, tener objetivos, proyectos que aún estén incompletos y, paradójicamente, nos suele suceder que cada vez que hemos cumplido alguno de nuestros deseos nos sentimos apáticxs y deprimidxs.
Para descomprimir este “sufrimiento” que nos produce el querer constantemente lo que no tenemos y para evitar ocupar nuestro tiempo haciendo cosas con tal de no lidiar con el aburrimiento, el autor nos propone reconocer a nuestras actividades como “télicas” y “atélicas”.
Las “télicas”: “conducen a estados terminales, en los cuales éstas se acaban y por lo tanto se agotan” mientras que las “atélicas”: “no conducen a un punto de terminación o agotamiento, un estado final en el que han sido logradas”.
Según Schopenhauer: “si te centras en actividades télicas, tu esfuerzo trabaja contra ti.”
Si nuestro problema es que invertimos excesivo tiempo en actividades télicas, que al finalizarlas se agotan, la solución será encontrar aquellas contrapartidas atélicas que dan significado al proceso, y por ende, nutren de sentido eso que hacemos.
“En general, si un proyecto da significado a tu vida, es posible encontrar significado en el proceso. Ese significado no se agota o consume; no es una inversión para el futuro, sino que se amortiza en el presente.”
Capítulo final: Conclusión
Kieran nos regala un prolijo compilado de todos los consejos, reglas y reflexiones que fue presentando capítulo a capítulo como para que utilicemos de repaso conceptual de aquellos conceptos con los que hayamos resonado durante la lectura.
La paradoja del egoísmo, el valor existencial, perdernos cosas, el valor de tener alternativas, evaluar el pasado, el deseo, la inversión en actividades atélicas, la muerte, y estar en el momento presente como los grandes temas que atravesamos quienes nos encontramos en la mitad de la vida.
Antes de terminar
Espero que te haya servido y aportado valor este resumen, a mí me encantó escribirlo (actividad télica) y pude encontrarle la contraparte atélica a la actividad de escribir, que está relacionada con mi sentido de compartir con la comunidad y de seguir aprendiendo nuevos conceptos y miradas.
También este libro me permitó tomar conciencia del placer que me genera leer por el solo hecho de leer como valor existencial, de estar conmigo mismo en el presente, en silencio para poder reflexionar y dejarme atravesar por lo que encuentro. Al mismo tiempo que resoné con la paradoja del egoísmo ya que al escribir y compartir esta reseña me conecto con la intención de sumar en bienestar y felicidad a otras personas.
Me encantaría saber qué te pareció esta reseña (o el libro) y qué conceptos te quedaron resonando. Te abrazo donde quieras que estés. 🤗